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jueves, 25 de julio de 2013

Princesa no lleva mayúscula

La tendencia a ponerle mayúscula a palabras que no la deben llevar es casi imparable. Vamos a llamarla mayusculitis, 'inflamación del uso de la mayúscula', aunque el diccionario todavía no recoge este término.

La tendencia viene de la creencia errónea de que las palabras importantes llevan mayúscula. Por extensión, si la palabra hace referencia a alguien importante, tendrá que llevar mayúscula inicial. Vamos, que se piensa que la mayúscula concede importancia, y entonces se le pone a todo lo que se quiere resaltar.

Esto nos puede llevar a un infierno mayúsculo –nunca mejor dicho–. Como las reglas de la mayúscula son numerosas y lo que pretendemos es únicamente llamar la atención acerca de una práctica muy habitual, nos vamos a concentrar hoy en los títulos nobiliarios. Digámoslo ya: no se escriben con mayúscula, vayan o no acompañados del nombre propio. Así, escribiremos el príncipe Felipe, la infanta Cristina, el rey o el rey Juan Carlos. Y lo mismo vale para cualquier cargo, ocupación o título de dignidad: el papa, el presidente, el juez... 

PS: El inglés utiliza la mayúscula en los títulos de los libros y de las películas, salvo en las preposiciones de tres letras o menos y en los artículos. Por su influencia encontramos cada vez más títulos en español plagados de mayúsculas. Un ejemplo inventado de título de novela: *Ventajas de Salir a Cazar con Mi Perro. En buen español, este título debería escribirse así: Ventajas de salir a cazar con mi perro. Así debería escribirse, pese a la mucha importancia que se le quiera dar a esta obra, y ¡aunque sea el perro del título el mejor rastreador del mundo!

http://www.rae.es/dpd/srv/search?id=BapzSnotjD6n0vZiTp

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