El pretérito perfecto simple, o simplemente pretérito, que hasta hace poco conocíamos como pretérito indefinido, se presta a confusión en su 2.ª persona del singular. El error, más común de lo que podrían pensar quienes no lo cometen, consiste en añadirle una -s al final: *llegastes, *vinistes, *salistes.
Ningún verbo en ese tiempo lleva -s en la segunda persona del singular. Ninguno, sin excepción.
Y como siempre estamos
quejándonos de las dichosas excepciones, que nos estropean las reglas y nos
hacen cometer errores, bueno es recordar esta regla que se puede aplicar en
todos los casos:
2.º persona del singular del
pretérito: siempre sin -s final.
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