Al leer la noticia, sin embargo, se descubrió que lo que contaba es que, mediante una aplicación informática, y siguiendo los planos originales de Gaudí, se había terminado la construcción de la Sagrada Familia, sí, pero de forma virtual, es decir, no real.
Pocas horas después, el titular aparecía con el orden alterado: "La Sagrada Familia, acabada virtualmente". El lector, al verlo, comprendió que otros también habían sido llevados a error por el titular original, y que alguien en el periódico se había dado cuenta de ello y lo había cambiado.
¿Por qué la confusión? Pues porque una de las acepciones de virtualmente es 'casi, a punto de'. Otra acepción, más nueva, es la que se deriva de lo virtual, es decir, de lo representado por un sistema informático con apariencia de real. El adverbio que se deriva de ese virtual relacionado con la informática es un adverbio de modo; en cambio, virtualmente en su acepción de 'casi' es un adverbio de cantidad o grado.
Virtualmente, colocado delante del adjetivo acabada, se entendía como adverbio de grado; colocado detrás como luego apareció, sí se entendía como adverbio de modo.
Una mejor solución, para no dar lugar a confusiones, habría sido sustituir virtualmente por la fórmula de modo virtual. Si hacemos la prueba, vemos que solamente la opción de adverbio tras el adjetivo suena bien, la otra suena fatal: *La Sagrada Familia, de modo virtual acabada.
Habrían sido posibles otros titulares: La Sagrada Familia en versión virtual, acabada. La Sagrada Familia virtual, acabada. O incluso: La Sagrada Familia, acabada por ordenador. Cualquiera de estos habría dado menos margen a la confusión.
Sirva esta anécdota periodística para dejar bien claro que, a la hora de escribir, el orden de los sumandos sí puede alterar la suma.
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