Hablaremos hoy de los numerales que sirven para expresar cantidad, los llamados cardinales. Se dan errores al escribirlos, pero pueden evitarse fácilmente.
Hasta el número 15 no hay problema, pero podemos recordar que once, doce, trece, catorce y quince se escriben con -c. Las decenas no presentan dificultad: veinte, treinta, sesenta… Tampoco la tienen cien, quinientos y mil.
Los problemas llegan con los cardinales compuestos, que son los formados por la fusión o suma de varios cardinales simples.
Empecemos con la suma de unidades a las decenas. Hasta hace poco tiempo, se escribían en una palabra solamente los números del 16 al 29. Ahora ya pueden escribirse todos los demás también juntos, aunque aún sigue siendo más usada la forma que coordina ambos números usando la preposición y: treinta y cuatro, cuarenta y cinco. Si se prefiere hacer una sola palabra, la y griega –su nuevo nombre es ye– pasa a ser i latina: treintaicuatro, cuarentaicinco.
Así es que el error estará en hacer una mezcla de ambas formas: *treintaycuatro.
Para el resto de cardinales compuestos, la fórmula es colocar directamente un número detrás de otro, sin necesidad de preposiciones: mil ciento cuarenta, dos millones cuatrocientos treinta mil doscientos dos, setecientos treinta.
Otro día hablaremos más de los cardinales, pero con estas reglas tan simples ya podemos escribir números ¡hasta el infinito y más allá!
Para aprender un montón sobre los numerales cardinales, aquí va un enlace:
http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=rqV8h362gD62vc21qB
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